ray ban 2713

ray ban,ray ban http://rayban.lunettevip.com,Historia verdadera de un sucedido que anda en romances,

escrita ahora tal y como pas se D. Jos Salvador de Salvador dedico esta obra. A de 1874. PREFACIO DEL AUTOR Pocos espa aun contando a los menos sabios y le desconocer la historieta vulgar que sirve de fundamento a la presente obrilla. Un zafio pastor de cabras, que nunca hab salido de la escondida Cortijada en que naci fue el primero a quien nosotros se la o referir,ray ban. Era el tal uno de aquellos r sin ningunas letras, pero naturalmente ladinos y bufones, que tanto papel hacen en nuestra literatura nacional con el dictado de p Siempre que en la Cortijada hab fiesta, con motivo de boda o bautizo, o de solemne visita de los amos, toc a poner los juegos de chasco y pantomima, hacer las payasadas y recitar los Romances y Relaciones; y precisamente en una ocasi de estas (hace ya casi toda una vida., es decir, hace ya m de treinta y cinco a tuvo a bien deslumbrar y embelesar cierta noche nuestra inocencia (relativa) con el cuento en verso de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA, o sea de EL MOLINERO Y LA CORREGIDORA, que hoy ofrecemos nosotros al p bajo el nombre m trascendental y filos (pues as lo requiere la gravedad de estos tiempos) de EL SOMBRERO DE TRES PICOS. Recordamos, por se que cuando el pastor nos dio tan buen rato, las muchachas casaderas all reunidas se pusieron muy coloradas, de donde sus madres dedujeron que la historia era algo verde, por lo cual pusieron ellas al pastor de oro y azul,ray ban; pero el pobre Repela (as se llamaba el pastor) no se mordi la lengua, y contest diciendo: que no hab por qu escandalizarse de aquel modo pues nada resultaba de su Relaci que no supiesen hasta las monjas y hasta las ni de cuatro a si no, vamos a ver el cabrero qu se saca en claro de la historia de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA? los casados duermen juntos, y que a ning marido le acomoda que otro hombre duerma con su mujer! parece que la noticia!. es verdad,ray ban pas cher! las madres, oyendo las carcajadas de sus hijas. prueba de que el t Repela tiene raz en esto el padre del novio es que todos los chicos y grandes aqu presentes se han enterado ya de que esta noche, as que se acabe el baile,lunette ray ban, Juanete y Manolita estrenar esa hermosa cama de matrimonio que la t Gabriela acaba de ense a nuestras hijas para que admiren los bordados de los almohadones. m el abuelo de la novia hasta en el libro de la Doctrina y en los mismos Sermones se habla a los ni de todas estas cosas tan naturales, al ponerlos al corriente de la larga esterilidad de Nuestra Se Santa Ana de la virtud del casto Jos de la estratagema de Judit,lunette ray ban pas cher, y de otros muchos milagros que no recuerdo ahora. Por consiguiente, se nada, t Repela valerosamente las muchachas usted otra vez su Relaci que es muy divertida,ray ban pas cher! hasta muy decente! el abuelo. Pues en ella no se aconseja a nadie que sea malo; ni se le ense a serlo,ray ban; ni queda sin castigo el que lo es. rep usted! al fin consistorialmente las madres de familia. El t Repela volvi entonces a recitar el Romance; y, considerado ya su texto por todos a la luz de aquella cr tan ingenua, hallaron que no hab pero que ponerle; lo cual equivale a decir que le concedieron las licencias necesarias. * * * Andando los a hemos o muchas y muy diversas versiones de aquella misma aventura de EL MOLINERO Y LA CORREGIDORA, siempre de labios de graciosos de aldea y de cortijo, por el orden del ya difunto Repela, y adem la hemos le en letras de molde en diferentes Romances de ciego y hasta en el famoso Romancero del inolvidable don Agust Dur El fondo del asunto resulta id tragic zumb y terriblemente epigram como todas las lecciones dram de moral de que se enamora nuestro pueblo; pero la forma, el mecanismo accidental, los procedimientos casuales, difieren mucho, much del relato de nuestro pastor, tanto, que este no hubiera podido recitar en la Cortijada ninguna de dichas versiones, ni aun aquellas que corren impresas, sin que antes se tapasen los o las muchachas en estado honesto,lunette ray ban pas cher, o sin exponerse a que sus madres le sacaran los ojos. tal punto han extremado y pervertido los groseros patanes de otras provincias el caso tradicional que tan sabroso, discreto y pulcro resultaba en la versi del cl Repela! Hace, pues, mucho tiempo que concebimos el prop de restablecer la verdad de las cosas, devolviendo a la peregrina historia de que se trata su primitivo car que nunca dudamos fuera aquel en que saliera mejor librado el decoro. Ni dudarlo? Esta clase de Relaciones, al rodar por las manos del vulgo, nunca se desnaturalizan para hacerse m bellas, delicadas y decentes, sino para estropearse y percudirse al contacto de la ordinariez y la chabacaner Tal es la historia del presente libro. Conque met ya en harina; quiero decir,ray ban pas cher, demos comienzo a la Relaci de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA, no sin esperar de tu sano juicio ( respetable p que “despu de haberla le y h m cruces que si hubieras visto al demonio (como dijo EsTEBANlLLo GoNz al principiar la suya), la tendr por digna y merecedora de haber salido a luz”. No se sabe fijamente el a solo consta que era despu del de 4 y antes del de 8. Reinaba, pues, todav en Espa don Carlos IV de Borb por la gracia de Dios, seg las monedas, y por olvido o gracia especial de Bonaparte, seg los boletines franceses. Los dem soberanos europeos descendientes de Luis XIV hab perdido ya la corona (y el Jefe de ellos la cabeza) en la deshecha borrasca que corr esta envejecida parte del mundo desde 1789. Ni paraba aqu la singularidad de nuestra patria en aquellos tiempos. El Soldado de la Revoluci el hijo de un oscuro abogado corso, el vencedor en Rivoli, en las Pir en Marengo y en otras cien batallas, acababa de ce la corona de Carlo Magno y de transfigurar completamente la Europa, creando y suprimiendo naciones, borrando fronteras, inventando dinast y haciendo mudar de forma,ray ban, de nombre, de sitio,lunette ray ban, de costumbres y hasta de traje a los pueblos por donde pasaba en su corcel de guerra como un terremoto animado, o como el “Antecristo” que le llamaban las Potencias del Norte. Sin embargo, nuestros padres (Dios los tenga en su santa Gloria),ray ban, lejos de odiarlo o de temerle, complac a en ponderar sus descomunales haza como si se tratase del h de un Libro de Caballer o de cosas que suced en otro planeta, sin que ni por asomos recelasen que pensara nunca en venir por ac a intentar las atrocidades que hab hecho en Francia, Italia, Alemania y otros pa Una vez por semana (y dos a lo sumo) llegaba el correo de Madrid a la mayor parte de las poblaciones importantes de la Pen llevando alg n de la Gaceta (que tampoco era diaria),lunette ray ban pas cher, y por ella sab las personas principales (suponiendo que la Gaceta hablase del particular) si exist un Estado m o menos allende el Pirineo, si se hab re otra batalla en que peleasen seis u ocho Reyes y Emperadores, y si Napole se hallaba en Mil en Bruselas o en Varsovia. Por lo dem nuestros mayores segu viviendo a la antigua espa sumamente despacio, apegados a sus rancias costumbres, en paz y en gracia de Dlos, con su Inquisici y sus Frailes, con su pintoresca desigualdad ante la Ley, con sus privilegios, fueros y exenciones personales con su carencia de toda libertad municipal o pol gobernados simult por insignes Obispos y poderosos Corregidores (cuyas respectivas potestades no era muy f deslindar, pues unos y otros se met en lo temporal y en lo eterno), y pagando diezmos, primicias,lunette ray ban pas cher 3833, alcabalas, subsidios,ray ban pas cher, mandas y limosnas forzosas,ray ban pas cher, rentas, rentillas, capitaciones, tercias reales, gabelas, frutos civiles,EL SOMBRERO DE TRES PICOS I, y hasta cincuenta tributos m cuya nomenclatura no viene a cuento ahora. tiempo aquel en que nuestra tierra segu en quieta y pac posesi de todas las telara de todo el polvo, de toda la polilla, de todos los respetos, de todas las creencias, de todas las tradiciones, de todos los usos y de todos los abusos santificados por los siglos! tiempo aquel en que hab en la sociedad humana variedad de clases, de afectos y de costumbres! tiempo, digo., para los poetas especialmente, que encontraban un entrem un sainete,lunette ray ban, una comedia, un drama,ray ban pas cher, un auto sacramental o una epopeya detr de cada esquina, en vez de esta prosaica umformidad y desabrido realismo que nos leg al cabo la Revoluci Francesa! tiempo, s Pero esto es volver a las andadas. Primeramente, conduc a un camino carretero, menos intransitable que los restantes de aquellos contornos. En segundo lugar, delante del molino hab una plazoletilla empedrada, cubierta por un parral enorme, debajo del cual se tomaba muy bien el fresco en el verano y el sol en el invierno, merced a la alternada ida y venida de los p En tercer lugar, el Molinero era un hombre muy respetuoso, muy discreto, muy fino, que ten lo que se llama don de gentes,ray ban, y que obsequiaba a los se que sol honrarlo con su tertulia vespertina ofreci lo que daba el tiempo, ora habas verdes, ora cerezas y guindas, ora lechugas en rama y sin sazonar (que est muy buenas cuando se las acompa de macarros de pan de aceite; macarros que se encargaban de enviar por delante sus se ora melones, ora uvas de aquella misma parra que les serv de dosel, ora rosetas de maiz, si era invierno y casta asadas, y almendras, y nueces, y de vez en cuando, en las tardes fr un trago de vino de pulso (dentro ya de la casa y al amor de la lumbre), a lo que por Pascuas se sol a alg pesti alg mantecado, algun rosco o alguna lonja de jam alpujarre rico era el Molinero, o tan imprudentes sus tertulianos? interrumpi Ni lo uno ni lo otro. El Molinero solo ten un pasar, y aquellos caballeros eran la delicadeza y el orgullo personificados. Pero en unos tiempos en que se pagaban cincuenta y tantas contribuciones diferentes a la Iglesia y al Estado, poco arriesgaba un r de tan claras luces como aqu en tenerse ganada la voluntad de Regidores, Can Frailes, Escribanos y dem personas de campanillas. As es que no faltaba quien dijese que el t Lucas (tal era el nombre del Molinero) se ahorraba un dineral al a a fuerza de agasajar a todo el mundo. Merced me va a dar una puertecilla vieja de la casa que ha derribado”, dec a uno. “Vuestra Se a otro a mandar que me rebajen el subsidido, o la alcabala, o la contribuci de frutos-civiles.” “Vuestra Reverencia me va a dejar coger en la huerta del Convento una poca hoja para mis gusanos de seda.” “Vuestra Ilustr me va a dar permiso para traer una poca le del monte X.” “Vuestra Paternidad me va a poner dos letras para que me permitan cortar una poca de madera en el pinar H.” “Es menester que me haga Usarc una escriturilla que no me cueste nada.” “Este a no puedo pagar el censo.” “Espero que el pleito se falle a mi favor.” “Hoy le he dado de bofetadas a uno, y creo que debe ir a la c por haberme provocado.” ” su Merced tal cosa de sobra?” ” sirve a Usted de algo tal otra?” ” puede prestar la mula?” ” ocupado ma el carro?” ” parece que env por el burro ?” Y estas canciones se repet a todas horas, obteniendo siempre por contestaci un generoso y desinteresado. que, as los cl como los seglares, empezando por el se Obispo y el se Corregidor, pod contemplar all a sus anchas una de las obras m bellas, graciosas y admirables que hayan salido jam de las manos de Dios, llamado entonces el Ser Supremo por Jovellanos y toda la escuela afrancesada de nuestro pa Esta obra. se denominaba “la se Frasquita”. Empiezo por responderos de que la se Frasquita, leg esposa del t Lucas, era una mujer de bien, y de que as lo sab todos los ilustres visitantes del molino. Digo m ninguno de daba muestras de considerarla con ojos de var ni con trastienda pecaminosa. Admir s y requebr en ocasiones (delante de su marido, por supuesto), lo mismo los frailes que los caballeros, los can que los golillas, como un prodigio de belleza que honraba a su Criador, y como una diablesa de travesura y coqueter que alegraba inocentemente los esp m melanc “Es un hermoso animal”, sol decir el virtuos Prelado. “Es una estatua de la antig hel observaba un Abogado muy erudito, Acad correspondiente de la Historia. “Es la propia estampa de Eva”, prorrump el Prior de los Franciscanos. “Es una real moza”, exclamaba el Coronel de milicias. “Es una sierpe, una sirena, demonio!”, a el Corregidor. “Pero es una buena mujer, es un es una criatura, es una chiquilla de cuatro a acababan por decir todos, al regresar del molino atiborrados de uvas o de nueces, en busca de sus t y met hogares. La chiquilla de cuatro a esto es, la se Frasquita, frisar en los treinta. Ten m de dos varas de estatura, y era recia a proporci o quiz m gruesa todav de lo correspondiente a su arrogante talla. Parec una Niobe colosal, y eso que no hab tenido hijos: parec un H hembra; parec una matrona romana de las que a hay ejemplares en el Trastevere. Pero lo m notable en ella era la movilidad, la ligereza, la animaci la gracia de su respetable mole. Para ser una estatua, como pretend el acad le faltaba el reposo monumental. Se cimbraba como un junco, giraba como una veleta, bailaba como una peonza. Su rostro era m movible todav y, por lo tanto, menos escultural. Aviv donosamente hasta cinco hoyuelos: dos en una mejilla, otro en otra, otro, muy chico, cerca de la comisura izquierda de sus rientes labios, y el muy grande, en medio de su redonda barba. A a esto los picarescos mohines, los graciosos gui y las varias posturas de cabeza que amenizaban su conversaci y formar idea de aquella cara llena de sal y de hermosura y radiante siempre de salud y alegr Ni la se Frasquita ni el t Lucas eran andaluces: ella era navarra y murciano. El hab ido a la ciudad de ***, a la edad de quince a como medio paje, medio criado del Obispo anterior al que entonces gobernaba aquella Iglesia. Educ su protector para cl y tal vez con esta mira y para que no careciese de congrua, dej en su testamento el molino; pero el t Lucas, que a la muerte de Su Ilustr no estaba ordenado m que de menores ahorc los h en aquel punto y hora, y sent plaza de soldado, m ganoso de ver mundo y correr aventuras que de decir Misa o de moler trigo. En 1793 hizo la campa de los Pirineos Occidentales, como Ordenanza del valiente General don Ventura Caro; asisti al asalto de Castillo Pi y permaneci luego largo tiempo en las provincias del Norte, donde tom la licencia absoluta. En Estella conoci a la se Frasquita, que entonces s se llamaba Frasquita; la enamor se cas con ella, y se la llev a Andaluc en busca de aquel molino que hab de verlos tan pac y dichosos durante el resto de su peregrinaci por este valle de l y risas. La se Frasquita, pues, trasladada de Navarra a aquella soledad, no hab adquirido ning h andaluz, y se diferenciaba mucho de las mujeres campesinas de los contornos. Vest con m sencillez, desenfado y elegancia que ellas; lavaba m sus carnes, y permit al sol y al aire acariciar sus arremangados brazos y su descubierta garganta. Usaba, hasta cierto punto, el traje de las se de aquella el traje de las mujeres de Goya, el traje de la reina Mar Luisa: si no falda de medio paso, falda de un paso solo, sumamente corta, que dejaba ver sus menudos pies y el arranque de su soberana pierna: llevaba el escote redondo y bajo, al estilo de Madrid, donde se detuvo dos meses con su Lucas al trasladarse de Navarra a Andaluc todo el pelo recogido en lo alto de la coronilla, lo cual dejaba campear la gallard de su cabeza y de su cuello; sendas arracadas en las diminutas orejas, y muchas sortijas en los afilados dedos de sus duras pero limpias manos. Por la voz de la se Frasquita ten todos los tonos del m extenso y melodioso instrumento, y su carcajada era tan alegre y argentina, que parec un repique de S de Glorla. Lo hab sido toda su vida, y ya ten cerca de cuarenta a Sin embargo, pocos hombres tan simp y agradables habr echado Dios al mundo. Prendado de su viveza, de su ingenio y de su gracia, el difunto Obispo se lo pidi a sus padres, que eran pastores, no de almas, sino de verdaderas ovejas. Muerto Su Ilustr y dejado que hubo el mozo el Seminario por el Cuartel, distingui entre todo su Ej el General Caro, y lo hizo su Ordenanza m su verdadero criado de campa Cumplido, en fin, el empe militar, fuele tan f al t Lucas rendir el coraz de la se Frasquita, como f le hab sido captarse el aprecio del General y del Prelado. La navarra,EL SOMBRERO DE TRES PICOS I, que ten a la saz veinte abriles, y era el ojo derecho de todos los mozos de Estella, algunos de ellos bastante ricos, no pudo resistir a los continuos donaires, a las chistosas ocurrencias, a los ojillos de enamorado mono y a la bufona y constante sonrisa llena de malicia, pero tambi de dulzura, de aquel murciano tan atrevido tan locuaz, tan avisado, tan dispuesto, tan valiente y tan gracioso, que acab por trastornar el juicio, no s a la codiciada beldad, sino tambi a su padre y a su madre. Lucas era en aquel entonces, y segu siendo en la fecha a que nos referimos, de peque estatura (a los menos con relaci a su mujer), un poco cargado de espaldas, muy moreno, barbilampi narig orejudo y picado de viruelas. En cambio, su boca era regular y su dentadura inmejorable. Dij que s la corteza de aquel hombre era tosca y fea; que tan pronto como empezaba a penetrarse dentro de aparec sus perfecciones, y que estas perfecciones principiaban en los dientes. Luego ven la voz, vibrante, el atractiva; varonil y grave algunas veces, dulce y melosa cuando ped algo, y siempre dif de resistir. Llegaba despu lo que aquella voz dec todo oportuno, discreto, ingenioso,lunette ray ban 1406, persuasivo. Y, por en el alma del t Lucas hab valor, lealtad, honradez, sentido com deseo de saber y conocimientos instintivos o emp de muchas cosas, profundo desd a los necios, cualquiera que fuese su categor social, y cierto esp de iron de burla y de sarcasmo, que le hac pasar, a los ojos del Acad por un don Francisco de Quevedo en bruto. que haya habido sobre la tierra molinero mejor peinado, mejor vestido, m regalado en la mesa, rodeado de m comodidades en su casa, que el t Lucas! que ninguna molinera ni ninguna reina haya sido objeto de tantas atenciones, de tantos agasajos, de tantas finezas como la se Frasquita! tambi que ning molino haya encerrado tantas cosas necesarias, agradables, recreativas y hasta superfluas, como el que va a servir de teatro a casi toda la presente historia! Contribu mucho a ello que la se Frasquita, la pulcra, hacendosa, fuerte y saludable navarra, sab quer y pod guisar, coser, bordar, barrer, hacer dulce, lavar, planchar, blanquear la casa, fregar el cobre, amasar, tejer, hacer media, cantar, bailar, tocar la guitarra y los palillos, jugar a la brisca y al tute, y otras much cosas cuya relaci fuera interminable. Y contribu no menos al mismo resultado el que el t Lucas sab quer y pod dirigir la molienda, cultivar el campo, cazar, pescar, trabajar de carpintero, de herrero y de alba ayudar a su mujer en todos los quehaceres de la casa, leer, escribir, contar, etc., etc. Y esto sin hacer menci de los ramos de lujo, o sea de sus habilidades extraordinarias. Por ejemplo: el t Lucas adoraba las flores (lo mismo que su mujer), y era floricultor tan consumado, que hab conseguido producir ejemplares nuevos, por medio de laboriosas combinaciones. Ten algo de Ingeniero natural, y lo hab demostrado construyendo una presa, un sif y un acueducto que triplicaron el agua del molino. Hab ense a bailar a un perro, domesticado una culebra, y hecho que un loro diese la hora por medio de gritos, seg las iba marcando un reloj de sol que el molinero hab trazado en una pared; de cuyas resultas, el loro daba ya la hora con toda precisi hasta en los d nublados y durante la noche. D porque la se Frasquita sol tener celos y pedirle cuentas al t Lucas cuando tardaba mucho en regresar de la ciudad o de los pueblos adonde iba por grano, mientras que el t Lucas ve hasta con gusto las atenciones de que era objeto la se Frasquita por parte de los se que frecuentaban el molino; se ufanaba y regocijaba de que a todos les agradase tanto como a y, aunque comprend que en el fondo del coraz se la envidiaban algunos de ellos, la codiciaban como simples mortales y hubieran dado cualquier cosa porque fuera menos mujer de bien, la dejaba sola d enteros sin el menor cuidado, y nun

This entry was posted in News and tagged , , . Bookmark the permalink.

Leave a Reply